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Marzo 2017
Julio 2017

Por Caren Rodríguez 

En los últimos años ha crecido la estadística de casos de personas diagnosticadas dentro del espectro autista. Es común encontrar padres, colegas, maestros y familiares preguntándose a que debe el aumento de esta condición dentro de la población. Es posible que todos quienes hemos tenido contacto con personas con Condición del Espectro Autista (CEA) nos hayamos hecho esta pregunta en algún momento; más aún entre los padres es frecuente cuando se ha recibido el diagnóstico recientemente. Luego de investigar sobre el aumento en el diagnóstico la respuesta con la que nos encontramos es que no hay evidencia, explicación consensuada o marcador biológico que explique por sí mismo el aumento del autismo.

Después con los años, dentro y fuera de los tratamientos nos volvemos a cuestionar sobre el diagnóstico, y en algunos casos nos hemos encontrando con la sorpresa de un cambio significativo del mismo, ante la ausencia de síntomas suficientes para incluirse dentro de la categoría de Trastorno del Espectro Autista (TEA). Así que hoy en el mundo también se están preguntando a qué se debe que la persona que fue catalogada en la primera infancia con autismo de alto funcionamiento o asperger sintomático, en su vida adulta se presente como asintomático, es decir, que ya no cumple con los criterios suficientes establecidos por el Manual de diagnóstico psiquiátrico y estadístico DSM V para diagnosticarlo dentro del  TEA.

 

Entonces ¿Qué fue lo que pasó en el medio para arribar a este cambio? ¿Cuáles fueron los factores intervinientes? Esta pregunta tampoco tiene aún una respuesta consensuada. Los estudios que se están llevando a cabo sugieren que los síntomas remitieron a razón de la constante estimulación recibida en los intensos tratamientos; que puede deberse también a los cambios sufridos en la persona propios del desarrollo o a las irregularidades en el proceso de diagnóstico, el cual hoy por hoy se realiza a partir de la evaluación conductual, arrojando falsos positivos por error del profesional en la toma y en casos limítrofes del espectro falsos negativos por su poca sensibilidad. 

Siendo entonces posible que el diagnostico cambie ¿Cuánto tiempo conviene esperar para hacerse a la idea de la presencia de autismo y comenzar a intervenir? Para eso sí hay respuesta. No espere. Si sospecha de la presencia de síntomas de autismo consulte ya, porque la estimulación recibida en los tratamientos en sí misma no es nociva, pero la ausencia de la misma sí. Muchos padres, pediatras, psicólogos, etc. esperan que el desarrollo haga lo suyo, pero lo que no contemplan es que así como el desarrollo cambia el autismo, el autismo también cambia, altera y modifica al desarrollo, por eso no conviene esperar. 

Las medidas evolutivas significativas de hoy en la persona con CEA no serán las mismas que mañana, cada etapa, estadio, período, tiene sus hitos a cumplir, tiene sus tiempos y tienen su importancia en el desarrollo. Y mas allá de que pueda llegar a hacerse asintomático, ha desarrollado con los años por su condición un perfil neurocognitivo (tipo de procesamiento de la información) característico del TEA que en todo tratamiento es contemplado, según el momento del desarrollo y la mirada del profesional como déficit o capacidad con apertura a la diversidad.

Actualmente se está haciendo mucho hincapié en los aspectos conocidos y potenciales del proceso neurocognitivo de las personas con autismo, el cual es neurodiverso, se sabe que están más interesados en los detalles que en el todo; su atención esta inclinada hacia los objetos, tienen un gran almacén de memoria, mayormente visual; desarrollan gran sensibilidad ante los estímulos auditivos, visuales, táctiles, gustativos; son perseverantes y persistentes en las actividades de su interés, logran estados de máxima concentración; son concretos y sistemáticos en el desarrollo de actividades; ignoran la opinión y criterio del otro en la creación y producción propia; comparten sin  recelo el resultado de su conocimiento.

Cuando surja la pregunta del diagnóstico, desarrollo y diversidad en TEA vayamos mas allá, veamos las pruebas que la clínica, la investigación y la sociedad nos demuestran que funciona. Propiciemos oportunidades, contextos, momentos de aprendizaje que incluyan las distintas formas de procesar la información y que permitan por medio de la exploración y potenciación de nuestras habilidades que se cierren las brechas entre el desarrollo esperable y el desarrollo atípico que presentan las personas con autismo.

Caren Rodríguez 
Psicóloga (MN 44175)
carenpaola@gmail.com
15-6158-4678
Colaboradora Revista DM2

AUTISMO en 3D: 

Desarrollo 
DiagnósticoDiversidad

Imagen:
"Ciclo irrefrenable" (detalle),
obra de Guillermina Victoria

E-mail:

guillermina.victoria@hotmail.com

Sitio web: 

http://wilhelmina18.wix.com/arte-

victoria

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