
Revista DM2

"Una expresión personal
de quien lo realiza,
y de su situación musical, emocional y espiritual."
Por Luis Pranzetti
¿Por qué el jazz es como es? Las simplificaciones y generalizaciones llevan a malos entendidos.
Si se busca el significado de la palabra jazz en el diccionario, se puede leer: “El jazz es una música bailable de origen norteamericano originada en la música negra”. O si no:”Es una música de baile con una síncopa exagerada”.
El escritor y crítico Joachim Berendt publicó una definición menos académica que se aproxima bastante a una formulación general. Dice Berendt: “El jazz es un estilo artístico-musical producido en norteamérica gracias al encuentro del negro con la música europea. El instrumental, la melodía y la armonía, proceden de la tradición musical de occidente. El ritmo, el fraseo, y la formación del sonido, son originarios de la música africana y del sentimiento del negro norteamericano”.
Los primeros esclavos africanos perpetuaron la práctica del tam-tam, de los cantos de su tierra y de sus danzas. Los tocadores de tam-tam ideaban variaciones rítmicas sobre un tema, de la misma manera que lo hacen los compositores europeos con una melodía.
El sistema musical africano constaba de cinco tonos enteros, faltando el tercero y el séptimo de nuestra escala. Cuando los cantores negros encontraban en los himnos religiosos, el tercero y el séptimo grado de nuestra gama los alteraban bajandolos un semitono, produciendo así lo que se llama “nota blue”. Las blue notes son las que le dan a la música negra su carácter de vibrante tristeza.
El canto vocal africano- aberrante desde el punto de vista culto occidental- se distingue por la forma de emitir el sonido. Se otorga un valor expresivo a cada una de las inflexiones, sin respetar la estricta precisión de ataque europea. Los tres elementos distintivos en la música de jazz son: 1) La peculiar relación con el tiempo que produce lo que llamamos swing. 2) La espontaneidad de la producción musical donde desempeña su papel la improvisación. 3) La formación del sonido en el que se refleja la individualidad del músico que está tocando.
La práctica de la inflexión, del vibrato y el recurso de las sonoridades “dirty” (sucias), revelan a quienes son capaces de liberarse y descubrir un nuevo mundo sonoro,de gran riqueza y tan vasto como el genio de los interpretes. A traves de la historia, el jazz muestra que cambia de acuerdo a la personalidad de los músicos, yendo desde el vibrato duro de King Oliver, al casi imperceptible de Miles Davis. Siempre es diferente al enseñado en la escuela blanca, y se sigue identificando a traves del tiempo, con una tradición.
El artista negro traslada los efectos de voz del
cantante de blues a sus instrumentos. De este
modo puede variar el sonido, en intensidad,
resonancia, alzarlo o bajarlo, cortando o alejando. Esto se percibe en casi todos los temas de Louis Armstrong con los “Hot Five”. Escuchando los solos de Sonny Rollins y Coleman Hawkins. También en la imitación de sonidos vocales ahogados por la aplicación de sordinas. Se puede escuchar en un solo de Cootie Williams en la orquesta de Duke Ellington, en su tema “Black and Tam Fantasy”.
A diferencia de la música clásica, para el jazz no alcanza con la armonía más bella y la melodía más dulce. Con un tema insípido, agregándole el swing necesario, se puede lograr la más plena ejecución. De ahí que lo más importante en el jazz, sea quién lo toca y no lo que se toca. El fraseo de la mayoría de los músicos no persigue otra cosa que el swing. Un músico de jazz tiene su sonido propio.
Hay criterios expresivos y emocionales, más que estéticos. Aquí la expresión tiene una jerarquía superior a la de la estética; en la música europea va antes que la expresión. Hace 150 años los melómanos iban al concierto para escuchar cómo Beethoven y Clementi improvisaban de un modo brillante; y todavía antes iban a oír a grandes organistas como Bach y Buxtehude. Hoy nosotros, para tener un tipo de goce musical parecido tenemos que escuchar a Errol Garner, Milt Jackson, Duke Ellington, Louis Armstrong.
La forma de improvisar está ligada a quien la hizo, y no se la puede entregar a otro músico para que la toque, pues pierde su carácter y no queda más que la desnuda fórmula de las notas. El imitador puede tener una mejor técnica o una superioridad espiritual, pero no puede reproducirla. Una improvisación jazzística, es siempre una expresión personal de quien la realiza, y de su situación musical, emocional y espiritual.






