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Julio 2017

Trazos

desde

el islam

Por
Carolina Chocrón

Dice Allah en un hadiz qudsí: “Mundo, si el hombre al verte a ti se olvida de Mí, esclavízalo. Pero si al verte a ti Me recuerda a Mí, cólmalo de bendiciones”.

¿Qué veo cuando miro el mundo?

Veo un niño pequeñito tomando la cara de su abuela entre sus manos y estampándole un sonoro beso en la nariz. Veo un hombre haciéndole un cariño a su esposa al pasar, y la veo a su esposa responderle con una sonrisa. Veo un peluquero al que no le basta dar vueltas por el mundo para perfeccionar su técnica, así que da vueltas por los hospitales de niños munido de una nariz de payaso para aliviar su corazón.

Veo un señor clavando un pinche largo entre la basura de los contenedores buscando qué comer. Y veo a una señora que corre a compartir con él la fruta que acaba de comprar para su familia. Veo un muchacho corriendo una silla para que una mujer no tropiece. Y veo a la mujer, que no se percató del favor, ofreciendo sus manos para cargar un bebé mientras la madre busca un pañal entre chupetes y mamaderas. Veo a una señora abrazar el islam a poco más que un suspiro de cumplir setenta años. Difícil no creer en milagros.


Veo la vida abriéndose camino, y manos abiertas, veo empatía.

En cada caso soy un testigo silencioso que agradece el ojal de luz que se abre en cada uno de estos (no tan pequeños) actos. Agradezco estar presente y atenta en el momento mismo en que la Misericordia y el Amor rozan lo cotidiano. ¿Cómo no recordarTe si cada cosa que respira Te nombra?


Veo una mariposa que se coló en plena noche de vigilia en el comedor de una mezquita. Reposa sobre un libro en un escritorio. Su presencia me asombra y colma mi pecho de gratitud. No la espanta el ir y venir de niños y adultos entre rezos, charlas y comidas. Ni siquiera la espanta el amanecer. Con las primeras luces, antes de irme, le acerco una flor a la que se sube gustosa. Una semana más tarde sigue en el mismo lugar, con la misma flor.

Inexplicablemente ninguna de las dos se marchitó. Como la noche es cálida a pesar de la estación, llevo la mariposa a la terraza y la apoyo con cuidado en el rosal recién florecido. Nos despedimos, ella con un batir de alas y yo con un aleteo del corazón.

Carolina Chocrón

 

Musicoterapeuta, reikista y profesora de canto. Abrazó el islam a la edad de treinta y dos años, atraída especialmente por el sufismo (núcleo esotérico de esta religión). Su pasión por las letras y su búsqueda espiritual la llevaron al encuentro de los escritos de grandes maestros sufíes, tanto de siglos pasados como contemporáneos. Actualmente estudia Edición en la UBA y forma parte de la Tariqa Halveti Jerrahi de Argentina, a cargo del Sheij Abdel Qadr Ocampo.

Colaboradora

Revista DM2

 

"MARIPOSA"

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