
Revista DM2
Agosto 2016
Noviembre 2017
Constelaciones familiares
EL HIJO QUE NO ES HIJO,
PERO SÍ LO ES
Por Leticia Cohen
En este número vamos a comentar algo sobre las adopciones. Adoptar un niño/a es un acto muy importante en la vida de las parejas que no pueden tener hijos.
Generalmente, los padres adoptivos aman a los hijos adoptados profundamente y les proporcionan lo mejor que tienen y pueden. También hay casos nada satisfactorios al respecto, pero no es este el lugar para hablar de ello. Sin embargo a pesar del amor que se les da a los niños, surgen problemas aparte de lo habitual en la crianza de un niño.
El niño adoptado, si sabe que lo es, siempre hablando en general, se siente diferente, muchas veces es como si llevara un estigma. El por qué su madre de sangre no lo crió, lo entregó o recibió dinero a cambio, es algo incomprensible y le produce un gran dolor que muchas veces se manifiesta en enojo, disconformidad, irritabilidad dirigidos a sí mismos, a los padres adoptivos o a los padres biológicos. Y si la adopción es un secreto (a veces, a voces), también el niño tiene un saber inconsciente al respecto que actúa a modo de obstáculo en su vida.
Para Los Órdenes del Amor el tema de la adopción es uno de los que merecen ser constelados. Muchas personas se acercan para hacer su trabajo, ya sean que ellos mismos son adoptados y quieren resolver su problemática o padres adoptivos que quieren hacer algo para mejorar la vida de sus hijos adoptados.
Lo importante es reconocer que si se tiene un hijo adoptado hay padres biológicos que los trajeron al mundo. También pueden haber hermanos y/o medios hermanos. Hay un padre y una madre que están en sus genes, así como las generaciones anteriores (abuelos, bisabuelos). Generalmente hay una madre que por un encuentro fugaz, un amor de edad temprana, vida promiscua, pobreza extrema, locura, abuso, desaprobación de sus padres, y otras circunstancias; se embaraza y nunca habla del hombre con quién hizo ese hijo, pero evidentemente hubo un hombre. Pues el árbol genealógico de ese hijo es ese hombre y esa mujer y todo lo que hay atrás de cada uno de ellos. Esto es así. Las tendencias, vocaciones, dones, enfermedades hereditarias, vendrán de esas líneas genealógicas. Pero no sólo eso, sino que los padres adoptivos tienen ese hijo gracias a que los biológicos lo entregaron, y ahí hay que poner el orden. Los adoptivos tienen que agradecer a los biológicos que les dejaron el lugar para ser padres. Este es un trabajo que se hace en una constelación y es muy sanador para ambos sistemas.
Las constelaciones familiares son una modalidad terapéutica basada en la premisa: primero es el orden, después el amor, cuando hay desorden en un sistema, el amor se bloquea. Realizar una constelación tiene como objetivo volver al orden para que el amor pueda fluir. Volver al orden significa: incluir a los excluidos (en el caso de la adopción, a los padres biológicos), respetar el orden de llegada al sistema y el intercambio entre el dar y el recibir, entre otros principios.
En constelaciones se trabaja con representantes que son personas elegidas del grupo para que representen a los miembros del sistema con los que se va a hacer la constelación. Éstos perciben sensaciones físicas y sentimientos de las personas a las que representan y esto es clave para realizar la constelación.
Psicóloga (UBA). Autora del libro:
"Descubriendo las Constelaciones
Familiares en solo 60 minutos".
Colaboradora Revista DM2

Ilustración:
Obra de Juan Manuel Barrientos.
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Cel.: (011) 11-4141-7332