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Agosto 2016
Abril 2017

En un taller de Constelaciones suceden cosas, muchas veces, inimaginables. 
La persona que consulta trae un tema, pero la constelación va a develar lo que subyace. 
Tenemos una parte consciente que nos dice algo: pienso, siento, me pasa y una parte racional que quiere explicar eso que nos pasa; sin embargo nos posee toda una instancia inconsciente que es la que va a exteriorizarse como quiere y muchas veces bastante lejos de lo que suponemos.


Funciona algo así como un iceberg. El Titanic chocó con lo que estaba por debajo de lo que se veía del iceberg, con lo que estaba tapado por el agua y por eso se rompió y se hundió.
De esta manera funcionamos, creemos que lo que pensamos, decimos y hacemos es la verdad, pero no es así; nuestra parte inconsciente lleva la delantera y nos sorprende cuando las cosas no son como queríamos. 


La raíz de nuestros asuntos no resueltos está ahí, en nuestro inconsciente y no es fácil llegar a él; por eso digo que crecimiento o desarrollo personal es tomar consciencia, por poquito que sea, nos va despertando del letargo en el que vivimos.


Y ahora, volviendo a las constelaciones, o continuando, porque todo está ligado; la constelación muestra lo que está debajo del malestar, del sufrimiento, del problema.
Les comento una constelación: una persona consulta porque se siente trabada en su vida, con enfermedad física severa en recuperación y con serias dificultades relacionales.


Al comienzo la constelación aparece como algo muy incoherente y la consultante se muestra dispersa y disociada. A medida que avanzamos percibo que hay muertos sin duelar en el sistema y pongo cuatro representantes para esos muertos, tres mujeres y un varón. La consultante, frente a ellos se siente aislada y dice que eso no tiene nada que ver con ella (su parte consciente), pero, de pronto y como de la nada, comienza a llorar desconsoladamente y reconoce esos muertos como propios, con mucho dolor dormido durante muchos años que en ese instante se despierta y se manifiesta con toda la intensidad inhibida durante tanto tiempo.


Entonces podemos ver que  el sufrimiento de la enfermedad y los conflictos vinculares estaban mostrando el dolor guardado por todos esos duelos sin resolver.
De este modo sale a la luz lo que subyace y que si no se elabora conscientemente produce efectos desgarradores.


Es por esto, y otras cuestiones, que las constelaciones ayudan a sanar desde lo profundo.
Los invitamos a participar de esta experiencia sanadora.

Bienvenidos/as.

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