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Febrero 2017

Trazos desde el islam

La ablución

Por Carolina Chocrón

Muchas personas que vienen a un taller de constelaciones dicen que no saben qué constelar, que tienen muchas cosas, etcétera.


La realidad es que una constelación no es algo programable, no pasa por modos intelectuales y no se parece a una terapia tradicional, sea de la escuela o tendencia ideológica que sea.


En esta modalidad, lo que hay que trabajar aparece más allá del supuesto de la persona. Y esto se debe a que, desde esta forma de abordar el conflicto, los hechos que acaecen en un sistema, son lo más importante. Por ejemplo, muerte de padre o madre cuando se es pequeño o adolescente, y en muchos casos de adultos; muerte de madre en parto, muerte de hermanos, pérdida de un gemelo o mellizo en el embarazo, muertes súbitas, largas enfermedades, migraciones, adopciones, y muchos más; son vivencias que dejan profundas huellas y generan movimientos en el alma para todos. 


Debemos tener presente que en un sistema familiar o en cualquier otro sistema (educacional u organizacional) cada miembro del sistema está implicado y es afectado por  los hechos que suceden en el sistema.


Por eso no importan anécdotas ni juicios de valor sobre las personas, sí importan los hechos y con eso tenemos la información necesaria para realizar una constelación. 


Tampoco es importante contar historias personales porque lo que sucede en los orígenes de un conflicto, de un malestar, de un dolor que alguien manifiesta tiene que ver con la alteración de las leyes que rigen el sistema. Y para resolver y hallar sanación hay que volver al orden, a las leyes, y esto se hace descubriendo las alteraciones que se produjeron, por ejemplo si hay miembros excluidos; si hay personas, vivas o muertas que no fueron reconocidas en su jerarquía y orden; si hay algunos que por amor ciego, quieren pagar o hacerse cargo de asuntos no resueltos de las generaciones anteriores; si los intercambios entre el dar y el recibir están invertidos. Cuando estas cuestiones suceden sobreviene el dolor, la enfermedad, y severas consecuencias en los sistemas.


Entonces, sólo hay que conectarse desde el más profundo sentimiento de dolor y ahí la constelación sobreviene y se desarrolla como una danza que muestra el comienzo, el recorrido y la llegada de un camino que va del conflicto a la solución.

Enero 2017

TOLEDO

Trazos desde el islam

"Entre tantas voces confundiendo unión con uniformidad, 
me conmueve la diversidad..."

Por Carolina Chocrón

“Te voy a llamar 'Toledo' me dijo por eso de las tres religiones. Sos como la ciudad, pero en forma de persona.”
Durante varios siglos en esta ciudad a orillas del Tajo convivieron las tres religiones monoteístas. Se la menciona por primera vez por escrito en año 192 a. C. en un texto de Tito Livio, historiador romano. Ya en ese tiempo era reconocida como ciudad, con fuerte y todo. Fue en el año 1085 que Alfonso VI reconquistó Toledo y la convirtió en la Ciudad de las Tres Culturas. En el siglo XIII se establece allí la Escuela de Traductores, lo que la convierte en un importante centro intelectual. Allí se traducían textos griegos, árabes y hebreos, facilitando y promoviendo la comunicación, así como la multiplicación del conocimiento. La inquisición terminó con la pacífica convivencia, y para 1492 musulmanes y judíos habían sido expulsados, asesinados o confinados en guetos.
Como en la Toledo medieval, tres meridianos me atraviesan, tres voces corean un motete en mi corazón, un tríptico de espejos multiplicando sus imágenes en un infinito inabarcable.
Pienso entonces en la ciudad que me vio nacer, en sus colores, sus olores, sus sonidos siempre cambiantes, una sinfonía con incontables movimientos… una ciudad en la que no solo conviven, sino que se relacionan cotidianamente personas de los más diversos credos. A una de mis mejores amigas la conocí cuando ella aún era novicia. No llegó a tomar los votos definitivos, pero su amor y su entrega en cada tarea que realiza con los niños y sus familias, me demuestra que el mensaje de Jesús se puede volver cuerpo entre nosotros.
 Una de mis amigas de la infancia es budista, una exalumna devenida en muy buena amiga se reconoce atea. Un rabino me acepta en un grupo de estudio, aun sabiendo que soy musulmana, o quizás justamente por eso. Mi profesora de hebreo celebra el diálogo que entablamos entre la Torá y el Corán. En la terraza de una mezquita que conozco, se reunieron a celebrar la Noche Buena… al fin y al cabo se recuerda el nacimiento de un profeta.
Entre tantas voces confundiendo unión con uniformidad, me conmueve la diversidad de la Creación, la convivencia, la mixtura, las texturas entrelazadas en este óleo urbano, entramado de historias, entretejido de vidas con origen en lejanos mares.
¿Toledo? ¡Llamame Buenos Aires!

Diciembre 2016

TESTIMONIO

Trazos desde el islam

Por Carolina Chocrón

Edgardo tiene a su papá internado en el hospital. El párkinson, con su avance implacable, y una caída reciente definieron su internación. 

Edgardo no hizo la peregrinación a Meca.

Con sus ochenta y cinco años, Paco pasa por momentos en los que reconoce a sus hijos y sus nietos, y hasta se permite bromear con ellos, y otros en los que las horas de sueño y las de vigilia se vuelven difíciles de distinguir.

Edgardo no reza cinco veces por día.

Aunque conversa con quienes van de visita, está pendiente de cada gesto, de cada murmullo o rictus de su padre. Paco frunce el ceño con los ojos cerrados por la fatiga y su hijo se acerca, le apoya con suavidad y firmeza la mano en el pecho y le pregunta “¿Papi, estás bien?”. El gesto de Paco se distiende y vuelve a ese estado de sueño vigilado, de vigilia soñadora.

Edgardo nunca leyó el Corán. No conoce las aleyas (versículos) 23 y 24 de la sura (capítulo) 17: “Tu Señor ha decretado que no debéis adorar a nada más que Él, y que debéis ser buenos con vuestros padres. Si uno de ellos o ambos envejecen en tu casa, no les digas: '¡Uf!', y no los trates con antipatía. Y dirígete a ellos con respeto. Por piedad, muéstrate deferente con ellos, y di: '¡Señor, ten misericordia de ellos como ellos la tuvieron conmigo cuando me educaron siendo niño!'.”

Lo veo darle de comer a su papá con el esmero de una madre que le ofrece a su hijo los primeros bocados luego del destete. Cada trocito que come es motivo de alegría. Dos bocados son una fiesta. Tres, la navidad en todo su esplendor.

Mientras observo la ternura con que le habla a su papá, la dulzura de sus gestos, la fiereza con que lo preserva de cualquier posible maltrato institucional, pienso que Edgardo no hizo la shahada (testimonio de fe); pero sus actos dan testimonio por él. Porque cuando el amor se manifiesta, las etiquetas sobran.

Noviembre 2016

EL LADO OSCURO DE LA LUNA

Trazos desde el islam

Por Carolina Chocrón

Un cráter del lado oculto de la Luna lleva su nombre. También un puente en Córdoba, España. Quizás porque lo suyo era unir mundos lejanos.

Nació en Ronda, Málaga, en el 810. Su familia era de origen bereber. Habían recorrido, efectivamente, un largo camino para llegar allí.

Quizás la luna lo deslumbraba en lo profundo de su corazón de poeta. Puerta del cielo, puente hacia el infinito, invitación a la embriaguez del alma y la ensoñación del espíritu. O lo recibía insomne en sus largas noches de estudios y cálculos astronómicos. Mundo de la ciencia, mundo del arte, mundo indivisible a los ojos de los sabios y los ascetas.

Nutriéndose de los conocimientos de las culturas más antiguas, inventó un reloj de agua, desarrolló la técnica de la talla del cristal de roca, creó una esfera armilar y un planetario. Investigó en los peligrosos campos de la química y de la física, y se desarrolló también como filósofo. Al igual que otros tantos científicos de su época, no parcelaba el conocimiento, sino que se enriquecía integrando las diversas ramas del mismo.

Quizás fueron sus investigaciones en el campo de la física las que lo impulsaron a tirarse de una torre con una lona para amortiguar la caída. Sufrió heridas leves. Había inventado el primer paracaídas.

O quizás era la luna, que lo atraía con una suerte de gravedad inversa hacia las alturas. Tanto que a los sesenta y cinco años, mandó a construir unas alas de madera recubiertas de tela de seda y adornadas con plumas, y se lanzó desde una torre sobre un valle. Voló aproximadamente diez minutos. El aterrizaje fue pésimo: había olvidado la cola. Se rompió las dos piernas. Pero, ¿quién le quita ese instante interminable que lo acercó al cielo unos cuantos metros?

Abul Qasim Abbas Ibn Firnás, precursor de la aeronáutica en pleno siglo IX (novecientos años antes que los hermanos Montgolfier y unos mil años antes que los hermanos Wright), falleció en Córdoba, España, en el año 887.

Su nombre se multiplica en aeropuertos, observatorios, planetarios y puentes. Es que cuando se trata de unir mundos, setenta y siete años no son suficientes.

Octubre 2016

Fátima 
Al-Fihri

Trazos desde el islam

Por Carolina Chocrón

Malala Yousafzai dijo que un niño, un profesor y una pluma pueden cambiar el mundo. Fátima Al-Fihri algo de eso sabía. Nació en el año 800 en Kairouan, Túnez. Su padre era un comerciante muy acaudalado, que sabía que el mayor bien que les podía legar a sus hijos era una buena educación. Así que se ocupó de que tuvieran la mejor.             
Cuando los niños todavía eran pequeños, se mudaron a Fez, Marruecos, donde los negocios prosperarían todavía más.       
Fátima y Mariam, su hermana, heredaron una gran cantidad de dinero cuando murieron su padre y su hermano.
El zakat, uno de los pilares del islam, no se limita a una contribución anual traducida en caridad para los pobres. La esencia del zakat es la purificación: uno purifica sus bienes compartiéndolos. ¡Pero las mercedes de Dios son tan abundantes y diversas! Por eso es tradición en el Islam dar de las mercedes con que Dios nos obsequia, porque los dones solo crecen si se comparten.
Y estas hermanas, agradecidas por la educación recibida, decidieron convertir esta herencia en un legado que atravesaría los siglos y las culturas.
La fortuna que heredaron fue tal que Mariam contribuyó a la construcción de la Gran Mezquita de Al-Andalus y Fátima a la de  Al-Qarawiyyin. Durante la construcción de esta última se incluyeron los estudios universitarios en una entidad adjunta a la mezquita. La Universidad de Al-Qarawiyyin, fundada en 859, es considerada la universidad más antigua todavía en funcionamiento. Entre sus paredes estudiaron  desde Maimónides (médico, rabino y teólogo judío) hasta Ibn Al-Arabi (místico sufí, poeta y filósofo musulmán); sin olvidar a Gilberto de Auvernia, quien se convertiría años más tarde en el Papa Silvestre II, y a quien algunos le atribuyen la introducción en Europa los números arábigos y el concepto del cero. 
Río de letras fluyendo en todas las direcciones, cálamo infinito, verbo enamorado, la Universidad de Al-Qarawiyyin sigue alimentando los corazones y las mentes de los estudiantes que se acercan cada día en busca de conocimiento.
Fátima Al-Fihri falleció a los ochenta años. Pero su sabiduría y su generosidad viven en los pasos de todo aquel que busque tanto conocer como compartir.

Carolina Chocrón

 

Musicoterapeuta, reikista y profesora de canto. Abrazó el islam a la edad de treinta y dos años, atraída especialmente por el sufismo (núcleo esotérico de esta religión). Su pasión por las letras y su búsqueda espiritual la llevaron al encuentro de los escritos de grandes maestros sufíes, tanto de siglos pasados como contemporáneos. Actualmente estudia Edición en la UBA y forma parte de la Tariqa Halveti Jerrahi de Argentina, a cargo del Sheij Abdel Qadr Ocampo.

Colaboradora Revista DM2

 

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