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Agosto 2016
Octubre 2017
Constelaciones familiares

LA IMPORTANCIA 
DEL DUELO

Por Leticia Cohen

PRÓXIMOS TALLERES DE CONSTELACIONES

 

Sábados 11 de noviembre

de 14.45  a 19.30 hs.

 

Zona Parque Centenario

Inscripción previa * Leticia Cohen

         4983-2341 * 156-552-6589

info@modosdesanarse.com.ar

¿Por qué es importante transitar por el duelo cuando hay una pérdida?


Las pérdidas, no sólo son de seres queridos; cualquier objeto o circunstancia que reviste importancia para una persona, cuando se pierde o se termina, también es una pérdida. Hay pérdidas que son más significantes que otras, pero son pérdidas al fin.


No es lo mismo perder un ser muy querido que perder un trabajo, que jubilarse, o perder un objeto muy apreciado por ser un recuerdo de alguien muy querido, una capacidad, un animal, una casa, etcétera. 


Dependerá el proceso de duelo: del vínculo,  de cómo se vivía el vínculo, de la cercanía o lejanía del mismo, de los tiempos de duración, de la personalidad, de la capacidad de resiliencia, de los avatares vividos antes de la pérdida (por ejemplo una enfermedad), de lo súbito de la pérdida y de todos los aspectos relacionados con la misma.


Hay duelos muy  difíciles, por ejemplo cuando se trata de las muertes súbitas; duelos que no se pueden hacer, como los que corresponden a desaparecidos.


El duelo implica una vorágine de sentimientos: el dolor profundo, la tristeza, el sentimiento de abandono, el extrañamiento, el enojo, la desesperación, el miedo, el desasosiego. Para poder realizar un duelo es muy importante creer que la persona está muerta, porque muchas veces no se puede creer; se sabe, pero no se puede creer y lo que no se cree es como que no existe y si no existe, no se puede duelar.


En esos casos, primero se tiene que creer que la persona se murió, o en el caso de otra pérdida, creer que aconteció. Esto se puede trabajar con una técnica específica que tiene como objetivo tramitar el proceso de la descreencia hacia la creencia.


También hay que trabajar, y esto se hace con técnicas para procesar trauma, cuando hay recuerdos traumáticos en la persona que tiene que realizar el duelo. Por ejemplo: el deterioro por la enfermedad de un ser querido, una mascota, o cualquier evento que precedió o acompañó la pérdida y que queda en la memoria como algo que persiste y abruma a pesar del paso del tiempo.


El duelo permite soltar lo perdido, dejarlo ir y recuperar el afecto. 


En el trabajo con Constelaciones es bastante habitual ver que muchas pérdidas siguen vigentes a pesar del tiempo transcurrido entre la pérdida y el presente. Esto es una gran carga para la persona porque queda detenida en el tiempo y lleva un peso sobre sí que no la deja avanzar en su propio camino de vida. Constelando es posible el soltar y el dejar ir lo que ya se fue, de este modo se puede transitar el duelo que llevará menos tiempo que lo habitual.
Una constelación: una persona dice que no sabe quién es, como que ya no es la que era y en el presente se siente como perdida y tampoco sabe quién será.

Cuando se ponen representantes para la que fue, la que es y la que será, la consultante se queda en la que es. El tema es que cuidó por años a su abuela materna que se fue deteriorando en su aspecto de forma muy impactante hasta que falleció. Esta persona quedó como detenida en el tiempo, es como que se canceló a sí misma, se olvidó de sí; y por supuesto no realizó el duelo porque no dejaba ir a la abuela.

 

A través del trabajo de la constelación, pudo despedirse, soltarla y reencontrarse consigo misma en toda su plenitud.

Septiembre 2017

¿QUÉ   ENFERMA

¿QUÉ

  SANA?

"sólo las 
palabras verdaderas 
conducen a la sanación, 
porque son 
palabras que salen 
del corazón"

Cuando trabajamos con Constelaciones Familiares se establece una diferencia muy marcada con cualquier otra modalidad terapéutica.

Para empezar se necesitan pocas palabras por parte del consultante, nada de largas historias ni opiniones personales. Lo más importante son los hechos acaecidos en el sistema familiar.

 Miembros excluidos en una familia, padres juzgados y criticados, muertes tempranas de niños, muerte de padres dejando a niños pequeños, muertes de hermanos,  transgresiones o delitos no expiados por los que los cometieron, separaciones dificultosas, duelos sin resolver, responsabilidades no asumidas, migraciones de diferente índole, secretos familiares, trato indigno hacia algún familiar, suertes trágicas (enfermedades graves, discapacidades, infortunio) de algunos miembros de la red, apropiación y riquezas obtenidas mediante el sufrimiento de otros, etcétera.

Los hechos son lo importante porque tienen consecuencias dolorosas, que enferman, que bloquean la energía vital y que llevan a callejones sin salida. Del mismo modo, el juzgar a los padres es causa de no poder avanzar en la vida, de frustraciones y de emociones negativas.

Muchas palabras queriendo explicar temas y argumentar razones, son inútiles para encontrar solución a los conflictos.

Las palabras huecas no conducen a nada, sólo las palabras verdaderas conducen a la sanación, porque son palabras que salen del corazón y del sentir más profundo.

Palabras huecas y verdaderas es una conceptualización de una psicoanalista francesa, Francoise Doltó, quién decía que sólo las palabras verdaderas llegan al niño, y éstas son pocas. Las palabras huecas son muchas y no dicen nada, no llegan al corazón.

Los hechos de peso, como los mencionados, dejan una impronta en el alma que en muchísimas ocasiones sólo con un trabajo como las constelaciones pueden cicatrizar las heridas profundas y hallar el camino de salida.

 

En las constelaciones se producen movimientos y unas pocas palabras “verdaderas” que llevan del conflicto y del dolor a la sanación, al alivio y a la paz interior.

Por ejemplo, en las parejas que se separaron hace poco o mucho tiempo, generalmente siguen reproches y falta de comunicación, digamos amable. Pueden ser parejas que han tenido o no hijos.

Lo importante a destacar es que, si hay hijos, serán pareja de padres mientras vivan y deberán acompañar a los hijos y tomar decisiones al respecto siempre; y si la pareja de hombre-mujer (que es la que terminó la relación) se ladran, por decirlo de una forma común y corriente que todos entienden bien, ¿cómo hacen para cumplir la función parental? Y, en consecuencia, ¿quiénes sufren?: los hijos.

En las parejas que no han tenido hijos, a veces se han tenido dos o tres parejas importantes y aparecen dificultades en la pareja actual o se torna difícil encarar una nueva pareja.

Todo lo mencionado enferma el cuerpo emocional y el físico. Y… ¿cómo se sana?

En una Constelación se ve claramente cómo no se cerró adecuadamente la relación, es decir, quedó la relación abierta, como una herida que no cicatrizó y ésto es lo que enferma.

Colocados los representantes para la o las parejas terminadas, el consultante reconoce que quedó algo sin resolver, y ahí van las palabras sanadoras, las palabras verdaderas que sanarán las heridas y por consiguiente harán que la relación quede sellada amorosamente.

Reconocer al otro en su condición de hombre o mujer, de padre o madre; reconocer que se eligieron; agradecerle la experiencia de pareja con todos sus avatares y soltarlo, dejarlo ir; es lo que sana.

Para esto se utilizan pocas y verdaderas palabras que llegan al corazón y cierran amorosamente la relación produciendo un profundo alivio. Este trabajo sana el vínculo y a los participantes del mismo. Así  quedan libres para seguir la vida limpiamente y en el caso de hijos, poder transitar la parentalidad con responsabilidad y madurez.

 

Los invitamos a participar de esta experiencia sanadora. Bienvenidos/as.

Ilustración:

Obra de Juan Manuel Barrientos.

Facebook: Juan Manuel Barrientos

Cel.: (011) 11-4141-7332

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