
Revista DM2
Octubre 2017
Perspectiva cognitiva
DUELOS:
Afrontamientos
funcionales
Por Diego Herrera
Las pérdidas forman parte natural del desarrollo y crecimiento de un individuo, de igual forma las experiencias amenazantes o violentas están presentes al menos durante una vez a lo largo de nuestras vidas (Ozer, Best, Lipsey & Weiss, 2003).
Durante el ciclo de vida las personas pasamos por pérdidas que pueden ser identificadas en distintas áreas, algunas de las más frecuentes son el deterioro del cuerpo (pérdida de la salud, de la juventud, etc.), las pérdidas afectivas (muerte de un ser querido, divorcio, separación, etc.), pérdidas por desastres (naturales, guerra, accidentes, etc.), pérdidas escolares (reprobación, cambio de escuela, etc.), pérdidas laborales (desempleo, cambio de puesto, etc.) e incluso las relacionadas con la identidad (estigmatización y prejuicio, etc.).
No todas las pérdidas tienen un impacto en la salud emocional o la calidad de vida de las personas, diferenciándose por la frecuencia con la que se presentan y la magnitud, lo que permite clasificarlas como “pérdidas menores”, representadas por aquellas situaciones más cotidianas y en las que el sujeto percibe que tiene control, como sería la pérdida de las llaves o algún objeto con cierto valor sentimental; por otra parte, se encuentran las llamadas “pérdidas mayores”, con una frecuencia menor en la vida del sujeto y un gran impacto a nivel emocional, percibidas por la persona como fuera de su control (Harvey, 2001).
El duelo se refiere al síndrome de sufrimiento emotivo que se observa en la mayoría de las personas que tienen alguna pérdida, y presenta etiología, sintomatología y cursos similares a los del trastorno de adaptación (Elkin, 2000). En el caso de la pérdida afectiva por el fallecimiento de un ser querido, el duelo se refiere al conjunto de reacciones de tipo físico, emocional y social que se producen por el fallecimiento de una persona próxima y que pueden oscilar desde un sentimiento transitorio de tristeza hasta una desolación completa, que, en los casos más graves, puede durar años e incluso toda la vida (Echeburúa, 2004).
El duelo puede manifestarse en forma de síntomas somáticos (pérdida de apetito, insomnio, etc.), emocionales (tristeza, enojo, culpa, etc.), cognitivos, (ideas irracionales, rumiación, etc.) conductuales (aislamiento social, agresividad, etc.).
Los afrontamientos eficaces estudiados y que han dado respuesta en los tratamientos son la reestructuración cognitiva, (intentar ver las cosas de otro modo, quitando un estilo negativista a la pérdida, más sujeto a la realidad), el entrenamiento en habilidades sociales (aumentar la red de apoyo social, NO aislarse), entrenamiento en comunicación asertiva, (aprender a pedir ayuda, comunicarse y expresar adecuadamente las emociones, aceptándolas), entrenamiento en solución de problemas, (para abordar jerárquicamente los problemas que paralelamente vayan surgiendo mientras la persona cursa el proceso de duelo), y que el sujeto conozca e identifique el proceso normal del duelo.
El repertorio de afrontamientos es importante a la hora de atravesar un duelo, y tener en cuenta con cuales contamos, y cuales hay que reforzar, la consulta a un profesional de la salud mental (psicólogo, psiquiatra), puede ayudar a detectar y prevenir duelos complicados o problemáticos. No es lo mismo atravesar un duelo con aislamiento, evitación de problemas, no buscar apoyo social, que un duelo en donde los afrontamientos más destacados sean la resolución de problemas, la reestructuración cognitiva (pensar las cosas de varias maneras), expresión emocional, y un nivel de autocrítica funcional adaptativo.
Los psicólogos con orientación y formación en psicoterapia cognitivo conductual contamos con estrategias claras, y bien definidas para acompañar a una persona a atravesar de manera adecuada, adaptativa y funcional un duelo, trabajando sobre su repertorio de afrontamientos, desde una perspectiva biopsicosocial. Pensamientos (sistema cognitivo), ambiente, biología. (Farmacoterapia en caso de ser necesario) y abordaje emocional. Reitero la importancia de una consulta a tiempo, puede ser muy importante como factor preventivo hacia un duelo complicado, los psicólogos no solo trabajamos con trastornos mentales, sino en crisis vitales y desarrollo personal.
